martes, 1 de abril de 2008

Flores Tristes

Fosa de A Fonsagrada



La vida nace siempre del desperdicio. La vida siempre se reencarna. Mi carne putrefacta dará alojo a millones de pequeños seres que a su vez morirán también y serán comidos por otros seres mas pequeños.
Las flores nacen de la putrefacción. Lo mas hermoso nace de lo mas horrendo. Todos nacemos del desperdicio. Nos alimentamos de la carne y el espíritu de los seres muertos. Nos alimentamos todos los días de los cadáveres de miles de animales que vamos asimilando lentamente. Nos alimentamos todos los días de los conocimientos viejos de los muertos, en nuestros pequeños cubículos llamados escuelas, en nuestros pequeños sueños llamados televisión. Todo lo que aprendemos es desperdicio regurgitado por copias primero de imprentas y ahora de corazones de silicio y de ondas analógicas o digitales que intentamos atrapar con cedazos de cintas, dvds, o discos duros y blandos. Con ellos apilamos pequeñas bibliotecas de huesos de muertos, de experiencias usadas y de fracasos que nos llaman de ultratumba para que no tropecemos otra vez. Pero no los escuchamos. Vemos las flores reencarnadas y no aprendemos nada. Ellos nos siguen llamando. Nos llaman desde aquí, pero también de Somalia, de Eritrea, México, Liberia, Sudan, Chechenia, Colombia, Cachemira, Afganistan, Birmania, Senegal, Irak, Nigeria, Palestina,… de todos los pequeños paises donde se crean los hijos del miedo. Donde entierran y siembran, también con miedo, miles de flores. Nos siguen llamando… tienen tiempo, en este eterno “samsara” en que todos volveremos a encontrarnos.

1 comentario:

Unknown dijo...
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